STARLINK INGRESA A BOLIVIA
- Teleinfo Press
- hace 1 día
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El inminente ingreso de Starlink a Bolivia marca un punto de inflexión en la conectividad nacional, al acercar internet satelital de alta velocidad a regiones donde la infraestructura tradicional no llega, y abrir nuevas oportunidades para el ecosistema tecnológico del país.

La posible llegada de Starlink a Bolivia tomó un giro decisivo luego de que el nuevo presidente Rodrigo Paz, expresara públicamente en la toma de posición, su respaldo a la incorporación del servicio satelital, señalando que su gobierno está dispuesto a facilitar el ingreso de nuevas tecnologías que amplíen la cobertura y modernicen la infraestructura digital del país. Sus declaraciones refuerzan el interés nacional en un sistema de conectividad que promete internet de alta velocidad incluso en zonas remotas donde la infraestructura tradicional aún presenta limitaciones.
Según fuentes del sector y reportes de medios nacionales, Starlink se encuentra en proceso de obtener la licencia de operación ante la Autoridad de Regulación y Fiscalización de Telecomunicaciones y Transportes (ATT). De concretarse, el servicio podría comenzar a operar comercialmente durante 2026, consolidando a Bolivia como uno de los pocos países de la región andina con cobertura total por satélite de órbita baja (LEO).
La iniciativa coincide con los esfuerzos del nuevo gobierno por ampliar la conectividad nacional y mejorar el acceso a servicios digitales, particularmente en comunidades rurales y zonas de difícil acceso. Con un territorio extenso y una geografía diversa, Bolivia enfrenta una de las brechas digitales más marcadas de Sudamérica, donde más del 35% de los hogares rurales carecen de conexión estable.
A diferencia de los satélites geoestacionarios, los más de 7,000 satélites Starlink orbitan a solo 550 kilómetros de altura, lo que reduce excesivamente la latencia y permite un rendimiento cercano al de las conexiones terrestres. La compañía promete velocidades de entre 100 y 250 Mbps, con capacidad suficiente para streaming, videollamadas y trabajo remoto, incluso en áreas sin infraestructura fija.
Esta tecnología, combinada con terminales de usuario compactas y autoajustables, convierte a Starlink en una opción viable para regiones montañosas o selváticas como los Yungas, el altiplano o la Amazonía boliviana, donde los operadores tradicionales se enfrentan a serias limitaciones técnicas y de inversión.

La llegada de Starlink también abre una nueva línea de negocio para integradores, distribuidores e instaladores especializados. El despliegue requerirá soporte técnico local, instalación de antenas y mantenimiento de terminales, además de la posibilidad de ofrecer servicios gestionados de conectividad híbrida combinando red satelital y enlaces terrestres.
Para los mayoristas tecnológicos y canales TI, el escenario representa una oportunidad para diversificar su portafolio con soluciones de conectividad rural, proyectos educativos y programas de transformación digital en el sector público.
Pese al entusiasmo, la operación de Starlink en Bolivia deberá sortear retos regulatorios. El país posee su propio satélite nacional, Túpac Katari 1, administrado por la Agencia Boliviana Espacial, lo que introduce un componente político en la concesión de licencias extranjeras. Además, el uso de equipos importados de forma no autorizada por particulares ha evidenciado una demanda real, pero también un vacío regulatorio que este nuevo gobierno deberá resolver antes del lanzamiento oficial.
La posible llegada de Starlink a Bolivia se marca en la expansión de la empresa por Latinoamérica, donde ya opera en países como Brasil, Chile, Perú, México y Colombia. Su impacto ha sido especialmente notable en comunidades rurales, escuelas y pequeñas empresas, donde el acceso a internet se traduce directamente en productividad, inclusión digital y educación.
De replicar este modelo en Bolivia, el país podría experimentar una reducción significativa de la brecha tecnológica, además de atraer inversiones en servicios digitales y nuevas aplicaciones basadas en internet de las cosas (IoT), telemedicina y educación remota.
La llegada de Starlink no solo implica un nuevo proveedor de internet, sino un cambio estructural en la forma en que Bolivia puede conectar a su población. La pregunta ya no es si la tecnología está lista, sino si el país está preparado para aprovecharla.



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