Lo que podría ser una buena noticia para los consumidores, se ha convertido en un síntoma desalentador para los fabricantes de microprocesadores. La demanda creciente de chips empieza a mostrar una desaceleración para este 2023, a pesar que aún mantienen pedidos comprometidos antes de producirlos.
Hace tan solo 2 años y un poco más, el incremento sostenido de la demanda de chips se empezó a acelerar, los fabricantes de chips informáticos parecían estar en la cima del mundo.
La demanda era tan fuerte, que los fabricantes de chips, como Intel, Micron Technology, AMD, Texas Instruments y GlobalFoundries, entre otros fabricantes, prometieron grandes expansiones en la fabricación mundial, al apostar grandes inversiones por una creciente necesidad de los mercados que dependen de estos microprocesadores para sus productos.
Sin embargo, entre los últimos comentarios generados por las declaraciones de los mismos fabricantes, se habla de la desaceleración en las ventas relacionadas con computadoras personales o PCs, tarjetas gráficas y videojuegos. Intel sorprendió al mercado en su tercer trimestre con una pérdida y recortó su perspectiva para todo el año. Días después, Advanced Micro Devices emitió una perspectiva moderada y Nvidia advirtió que las ventas estarían por debajo de su propio pronóstico que reflejan que a corto plazo el panorama se va a complicar.
“Hace seis meses, habría dicho que estábamos en esta fase de hipercrecimiento”, comentó René Haas, Consejero Delegado de Arm, la empresa británica cuya tecnología de chips impulsa miles de millones de teléfonos inteligentes. Ahora, señaló, “estamos en una pausa”
Últimamente se están acumulando los suministros de algunos semiconductores, lo que podría ser una buena noticia para los consumidores, pero no para los ejecutivos de la industria. Sus audaces planes de inversión se están topando con una repentina e inesperada desaceleración de la demanda de aparatos electrónicos por parte de los consumidores y el aumento de la inflación junta a la inusual perspectiva de una escasez simultánea de algunos chips y un exceso de otros, ha provocado que los fabricantes de chips, que habían estado esperando una inmensa demanda y una gran oportunidad, tengan que lidiar de repente con desafíos inmensos.
Muchas de las empresas ahora se enfrentan a complejas cuestiones sobre si deben aumentar la producción y cuándo, en medio de la incertidumbre sobre cuánto puede durar la desaceleración actual de las ventas.
