Sin las grandes marcas de tecnología presentes el MWC de este 2021 se espera que podría llegar a un diez por ciento de lo antes fue.
Personalmente tuve la fortuna de trabajar en varios de los eventos del MWC (Mobile World Congress) en Barcelona y hoy resulta realmente atípico, ver que los otrora pasillos rebosantes de visitantes hoy están prácticamente vacíos.
Definitivamente algo no está bien cuando la gran novedad del MWC 2021 es una camiseta con 5G de ZTE. Tras un año de pandemia, el evento de tecnología de Barcelona ha decidido volver a realizarse físicamente pese a que todos los pronósticos iban en su contra. Una decisión fruto de su delicada situación que ha terminado en un Mobile World Congress desangelado, con grandes espacios vacíos, una fracción de los stands, sin novedades relevantes y, por lo que pudo apreciarse en la primera jornada, con una asistencia muy por debajo de la prevista, que ya de por sí era baja.
El Hall 3, donde antes se ubicaban la mayoría de marcas tecnológicas, ha mostrado este año un panorama desolador. Como ya habían ido anunciando semanas antes, ni Samsung, ni Xiaomi, Sony, Nvidia, TCL, LG, Nokia, Lenovo, Google, Amazon, Qualcomm estaban presentes ahí. Tampoco Huawei, pese a que este último fabricante sí tenía un puesto dedicado a redes en otra zona.
El único fabricante que ha traído novedades de hardware ha sido ZTE. Y precisamente ha sido esta marca china la que ha conseguido convertirse en el centro de la atención con su gran stand.
Los números de este 2021 han sido muy diferentes a los de la última edición, la de 2019, que batió récords. Entonces fueron 109.000 asistentes, con 2.400 expositores distribuidos en 120.000 metros cuadrados. Según los datos previstos para el MWC 2021, la GSMA esperaba atraer 35.000 asistentes. Un número que, según lo visto el primer día y comentado entre varios de los periodistas asistentes, difícilmente se cumplirá.
Otro dato que puede servir para entender la magnitud recortada de este año lo tenemos en el número de expositores. De los 2.400 hemos pasado a 300 expositores. Esto ha implicado que, en vez de tener hasta ocho recintos, se haya pasado a únicamente dos pabellones. Dos zonas que si hubieran estado llenas habría sido un éxito, pero se ha notado claramente que incluso les ha sido difícil rellenarlas.
La distancia de seguridad se ha cumplido a la perfección. Hay que aplaudir a la organización por su nivel de seguridad. A todos los asistentes se les obligó a pasar un test de antígenos y llevar mascarillas FFP2. También había distancia, menos saludos con la mano y sin catering que pudiera tentar a quitarse la mascarilla.
Bajo esta idea de mantener la distancia, los distintos stands estaban separados y entre los asientos y mesas había suficiente distancia. Pero incluso con esta distribución separada, les ha sido difícil llenar todo el espacio. En el Hall 3 estaba ZTE, acompañado de Telefónica y Orange. Y poco más. Algunas empresas pequeñas, un stand de España, uno de Moscú y algunos habitáculos para reuniones que cubrían huecos. El resto era espacio vacío. Una estampa muy diferente a la de otros años donde era difícil encontrar un hueco libre.
Al no asistir grandes marcas de tecnología, no ha habido conferencias de presentación.
Síguenos en nuestros canales para estar actualizado sobre esta y mas tendencias.