Toshiba señala la escasez de microprocesadores, como un problema que persistirá por lo menos hasta septiembre de 2022, y que presupone mantener el problema hasta 2023.
La marca Toshiba, se ha sumado al grupo de empresas que han dado aviso sobre la escasez global de chips, la situación no solo se pone cada vez peor sino que también se sigue extendiendo más tiempo. La gran demanda de estos componentes, se anticipada a persistir hasta el 2022 y mantenerse hasta el año 2023.
La noticia surge tras las declaraciones hechas a Reuters por Takeshi Kamebuchi, Director de una de las plantas de microchips de Toshiba, que ha confirmado que la elevada demanda y la escasez de producción continuarán por lo menos hasta otoño del año 2022. Con ello se superarían los dos años y medio desde que comenzó este cuello de botella iniciado por la paralización de la industria con el confinamiento originado por la pandemia de la COVID-19 a partir de marzo de 2020.
La situación, propicia la interrupción en la cadena productiva de múltiples industrias. Desde dispositivos electrónicos tales como smartphones, ordenadores, tablets o videoconsolas, hasta el sector de la automoción, debido a la escasez de estos microchips, un componente cada vez más necesario en múltiples sectores y productos.
The Wall Street Journal, explicó que durante el periodo de mayor cantidad de casos de COVID-19 en Malasia, fue uno de los eslabones críticos en la cadena de suministro de semiconductores. Y esto, ha retrasado aún más la producción de chips, amenazando con empeorar la situación de la industria.
Para tratar de afrontar esta situación Toshiba tiene previsto una inversión durante los próximos tres años de 545 millones de dólares para reforzar la producción de semiconductores, aunque por el momento no se han planteado construir una nueva fábrica.
Σχόλια