La reclutación de los denominados gigantes tecnológicos de China, pone en marcha el plan de desarrollo de un ecosistema de semiconductores con arquitectura RISC-V, de esta manera China desarrollará su propia industria en este género, ofertando productos de mayor valor como estrategia defensiva ante las restricciones planteadas por los EE.UU. en la denominada guerra de los semiconductores.
China se ha puesto la finalidad de alcanzar cierta independencia industrial y tecnológica como una forma de resistencia a la denominada guerra de los semiconductores, teniendo como principales protagonistas a Estados Unidos y sus aliados económicos, los cuales endurecerán las restricciones comerciales que tienen en marcha para limitar el desarrollo tecnológico del país asiáticos.
En la actualidad, la mayoría de los dispositivos con semiconductores del planeta están basados en las arquitecturas x86 o ARM. Estas destacan por la gran cantidad de compañías que las apoyan, así como por su gran desarrollo tecnológico de los últimos años.
Pero la arquitecturas x86 o ARM cuenta con limitaciones, ya que cualquier fabricante que decida utilizar esta arquitectura necesita contar con una licencia, sea que quiera partir de diseños de chips existentes o que desee crear nuevos con estas arquitecturas. No basta solamente con tener la tecnología de fabricación.
El panorama es claro para China, quien pese a las limitaciones que busca imponer Estados Unidos, no abandona la idea de dejar de ser “la fábrica del mundo” y comenzar a desarrollar su propia industria de semiconductores y ofrecer productos de mayor valor. Pero Estados Unidos, por diferentes razones, está tratando de evitarlo.
La administración de Joe Biden está implementando todo los factores posibles para que el gigante asiático no logre beneficiarse con productos de alta tecnología estadounidenses y de algunos países aliados. De esta manera es que se ha limitado las exportaciones de chips avanzados afectando el negocio de Nvidia y AMD.
Otra medida implementada ha sido la influencia en socios comerciales como Los Países Bajos para que ASML provea de máquinas de fotolitografía ultravioleta extremo, dejando de esta manera a China la posibilidad de contar con el equipamiento necesario para construir chips avanzados. Tomando en cuenta que ASML es la única compañía que fabrica este tipo específico de máquinas.
El nuevo paso de restricción sería la necesidad de licencias para implementar la arquitectura ARM. Ante este panorama, según SCMP, la salvación parece ser la tecnología RISC-V, una arquitectura libre y abierta que China busca implementar en la fabricación de sus nuevos semiconductores.
Por este motivo es que Pekín ha establecido un consorcio de empresas e institutos de investigación, que incluye a Tencent, Alibaba y la Academia de Ciencias de China, para crear propiedad intelectual de semiconductores con esta arquitectura. Recordemos que el desarrollo de este tipo de soluciones requiere de gran pericia en una amplia variedad de especialidades técnicas.
La arquitectura RISC-V, fue iniciada en 2010 por la Universidad de California en Berkeley, pero aún tiene un largo camino que recorrer, la posibilidad de utilizarla libremente es un valor muy importante para China. Es por eso que la fundación RISC-V trasladó su sede de Estados Unidos a Suiza en 2019, como parte de reafirmar su compromiso neutral ante la situación.
RISC-V en la actualidad dentro de la industria de los semiconductores, ocupa un lugar insignificante, pero compañías como Intel, han puesto la vista en esta arquitectura, ya que recientemente invirtió millones de dólares en ella.
Por su parte otro gigante de la tecnología como Apple, ha buscado migrar algunos de los sistemas integrados de sus productos que controlan el Wifi y Bluetooth de ARM a RISC-V. Además de publicar ofertas de empleo para impulsar el desarrollo de esta arquitectura.