Los avances en la tecnología son permanentes generados por los cambios que todas las empresas o instituciones exigen de una solución en hardware, excediendo la cantidad de equipos que comprados a corto plazo.
Dado que los residuos electrónicos son considerados peligrosos, su reciclaje, disposición y tratamiento deben asegurar la preservación del medio ambiente. Bajo el título “El cambio del entorno medioambiental en los residuos eléctricos y electrónicos para 2025”, en ECOTIC Josep María Tost, Director General de la Agencia de Residuos de Catalunya (ARC), centró su disertación en su intervención en las smart cities y su organización para una mejor reutilización y reciclaje de residuos.
Destacó que actualmente nos encontramos frente a un verdadero Homo Tecnologicus, por lo que la tendencia es “consumir servicios más que poseerlos, es decir, tender hacia la desmaterialización”. En otras palabras, su visión es que “en el futuro no habrá residuos, porque en las smarts cities sólo habrá recursos recirculando”.
En Bolivia contamos con empresas e instituciones que están trabajando en El gran reto que el reciclaje se convierta en un aspecto inherente al desarrollo de nuevos productos.
Cerca al mes de abril de este año la Fundación VIVA consiguió apoyo del Fondo Multilateral de Inversiones, FOMIN, del Grupo BID, para el desarrollo del proyecto “e-Waste”, que tiene como objetivo impulsar el reciclaje de residuos eléctricos y electrónicos generando una economía circular que aporte al desarrollo sostenible del país. En este contexto el pasado mes de agosto VIVA con el apoyo de su Fundación recibió todos los RAEE decomisados en los operativos que realiza la Intendencia Municipal de El Alto. Esta viene a ser la segunda entrega que se le hace a la Fundación de estos desechos para la disposición responsable de los mismos mediante la empresa Recicla, quienes se encargan de realizar el desmantelamiento adecuado de los residuos.
Los residuos de aparatos eléctricos y electrónicos RAFE son aquellos que provienen de aparatos eléctricos, como celulares e impresoras, que ya cumplieron con su vida útil o que se encuentran en desuso por mal funcionamiento u otros factores. El almacenamiento temporal de RAEE no necesariamente requiere de envases especiales, sin embargo, éstos deben ser separados de los residuos orgánicos e inorgánicos.
La Directiva sobre Residuos de Aparatos Eléctricos y Electrónicos (RAEE) de la Unión Europea, mostró en su última reunión la tan anhelada simplificación de todos los procesos relacionados con la gestión de estos residuos, por lo que los principales Sistemas Integrados de Gestión (SIG) europeos han decidido agruparse en una iniciativa conjunta, con el objetivo de simplificar el reciclaje de RAEE a nivel continental.
La Fundación ECOTIC, SIG de referencia en España, es uno de los integrantes de esta pionera iniciativa que se ha concretado en la constitución de WEEE Europe, una nueva empresa conjunta con sede en Münich (Alemania), que permitió a los productores y otros actores del mercado cumplir con los diversos requisitos nacionales de gestión de residuos electrónicos de un modo sencillo que fue presentado el año 2015.
Los productores, importadores y distribuidores de aparatos eléctricos europeos se enfrentan constantemente con una gran disparidad de regulaciones y normativas. Cada país tiene diferentes requisitos para el registro y la puesta en el mercado, así como en la presentación de informes sobre el lanzamiento de nuevos productos, con el fin de garantizar la recogida y el adecuado tratamiento de los RAEE al final de su vida útil.
Cuando este tipo de equipos se convierten en residuos, terminan en depósitos, basurales, rellenos sanitarios o son incluso incinerados, contaminando el suelo, al agua, subterránea o el aire, afectando la salud ya que liberan metales pesados tales como el plomo, mercurio, cadmio y químicos peligrosos.
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