
Cuando hablamos de ciudades inteligentes (Smart City), hay que analizar la historia de la electrificación, está claro que la primera ola de innovación fue fundamentalmente creciente cuando los nuevos modelos de negocio y los procedimientos empleados sólo eran posibles debido a la electricidad.
Debido a que estamos todavía en los primeros pasos, es muy difícil realizar apuestas ganadoras en las tecnologías y aplicaciones de la Internet de las Cosas (IoT) y Smart City en este momento. Sin embargo, podemos prepararnos preveiendo ciertas soluciones de infraestructura que serán necesarias para aplicar en un futuro no lejano, y cuya forma y características puedan determinarse ahora, mientras que se tenga el criterio de respetar los aspectos ambientales y el uso prudente y en declive de los recursos naturales no renovables; como por ejemplo, podemos destacar la aplicación del uso de iluminación LED, que permite un sustancial ahorro energético apoyando al ecosistema.
Sin embargo, siguiendo el ejemplo, sin el control de aplicación adecuada basada en las Normas existentes que sugieren la fabricación y ensamblaje correcto de la LED (no obligatoria) no se podrán prever los problemas futuros en la formación de “Ciudades Inteligentes”. La LED es un invento maravilloso, pero el momento de invertir en la compra con visión a una aplicación pensando en la formación de Ciudad Inteligente, debe de verificarse si las mismas cumplen las Normas y/o estándares de seguridad que se requieren, como:
• La Gama de cromaticidad, que rige cumpliendo con el estándar ANSI C78377, especificado por el American National Standards Institute, garantiza una uniformidad en las temperaturas del color de los ambientes iluminados, permitiendo a nuestro ojo captar correctamente el color real de los objetos para los casos de robos y secuestros, especialmente si hablamos de Control Ciudadano. Esta Norma nos garantiza que la captación del color en la imagen de video y cámaras de vigilancia no serán afectadas como actualmente sucede con la luminaria tradicional o luminaria LED que no cumple estas normas, por ejemplo, es fácil confundir un azul oscuro con un verde petróleo en el color de un automóvil, en el caso de un secuestro o robo, no podríamos efectivizar el control correcto para proteger a los ciudadanos.
• El Estandar IESNA LM-80, es una Norma de calidad oficial de la Sociedad de Ingeniería de Iluminación de América del Norte, que garantiza un flujo luminoso con variaciones mínimas y siempre sobre el 70% de luz inicial.

• La Norma de Seguridad Biológica EN62471: 2008, garantiza los niveles de calor y radiación de la iluminación mínima, protegiendo que las luminarias no sean perjudiciales para la salud humana. Según distintos medios, como el Noticieros Televisa, La Voz de Galicia y otros, han publicado en diferentes ocasiones lo perjudicial que puede ser la LED. Los médicos han alertado del peligro de las luces LED para la vista, especialmente en ancianos y niños cuando se utilizan luminarias que no cumplen con las Normas respectivas, emitiendo radiación que daña la retina, especialmente en niños.
Entre otras, estas mencionadas nos permiten un análisis previo a una compra de luminarias que va estrechamente unida a los resultados finales de los requisitos en la implementación de una Ciudad Digital, e igual que el avance tecnológico mencionado de las luminarias LED, habrá una industria entera que surgirá para hacer frente a las necesidades de infraestructura y logística de la nueva tecnología, permitiéndonos mejorar protegiendo de igual forma al ser humano y el ecosistema a través de un desarrollo económico-ambiental durable y sostenible en infraestructuras de energía (electricidad, gas), tecnologías de comunicación (electrónica, Internet) e infraestructuras de transporte en una gestión prudente y reflexiva de los recursos naturales, y un buen aprovechamiento del tiempo de los ciudadanos.